Ya grande, Bambi buscó junto con otros amigos y encontró al cazador que había matado a su madre.
Le aplicaron acupuntura intensiva
con sumo placer a cornadas hasta asesinarlo.
Luego si, alegremente, siguió cantando canciones de Disney y dando saltitos en la pradera.
(De los archivos de la CIA, contratada por el venado aprovechando su célebre popularidad.)
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